martes, 13 de diciembre de 2011

Noviembre del 2010

Hola

Hoy os voy a copiar un fragmento de una pequeña carta. La carta fue escrita desde un hotel de Petén, en Guatemala. Echando un ojo por el mundo, vi esto.
Fecha: 12 Noviembre 2010.

Hola Machu Pichus:
He estado en la selva, y que selva, si te metes dentro no ves nada. Nunca pensé que habría tantas clases diferentes de plantas y árboles, y sobre todo que salgan en busca de la luz tan rectos. Peten es una zona de selva con población totalmente indígena llamada Q´eqchi. Y tan indígena, como que comen con las manos y los niños van descalzos y su casa es un tablón de madera con un poco de paja por encima.
Allí presenciamos una misa para la gente de la aldea que la daba un sacerdote  de Albacete, nuestro invitado.
Nunca me había pasado que niños y mayores me preguntasen si era un hombre o una mujer, aquí las mujeres son muy morenas de pelo y lo tienen muy largo siendo un síntoma de orgullo para ellas. Claro, llegué yo, rubia ( aunque sea de bote) pelo corto y blanca, algo  que nunca habían visto sus ojos; me miraban como si fuese un bicho, pero con curiosidad.
Os contaré que estaba grabando una entrevista al invitado y noté como alguien me acariciaba el pelo por la nuca, era un niño de unos cuatro años que no daba crédito a lo que estaba tocando; fue muy entrañable.
Después de esa misa se hizo como un desayuno donde cada familia aportaba algo, unos una gallina, otros maíz para las tortitas y nada más ya que no tienen más. Normalmente no comen gallina porque no la tienen y su única alimentación son las tortitas de maíz y los frijoles.
Comen con las manos, no existen cubiertos, y lo hacen dos veces al día. Me ha llamado la atención la cantidad de niños que se tienen por familia, la media es de unos 10, a veces menos ya que muchos no sobreviven. Los mayores cuidan de los pequeños y los pequeños de los más pequeños,  todos trabajan en el campo. Tienen los pies muy duros, saltan encima del barro, de ramas secas y nada les duele.

Pero sobre todo sonríen...

Mañana iremos a Tikal, ya os contaré, a ver si parece tan impresionante como cuentan
Un abrazo a todos.
Lorena.




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