lunes, 24 de febrero de 2014
Momentos...
Ya os he dicho en más de una ocasión que estoy a full con un proyecto maravilloso llamado el Emigrante. Nos pasamos la mayor parte del tiempo viajando por España buscando historias. A pesar de que trabajamos muchas horas siempre quedan ratitos para disfrutar y echarnos unas buenas risas que a veces, y sólo a veces son inmortalizados por una cámara. Hoy me apetecía compartir con vosotros alguno de estos momentos…
http://lorenadomerlo.com
Mil besos y feliz semana...
martes, 18 de febrero de 2014
GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS….
Recuerdo el día que abrí este
espacio, quería compartir lo que mi cabeza llevaba dentro de una
manera limpia, honesta, sin deberme a nada ni a nadie.
Ahora veo las 10.000 visitas y alucino.
Gracias, gracias y gracias por leer, por comentar, por compartir, por
opinar, por hacer que no abandone…
No se me ocurre mejor manera de dar las gracias que con un poco de música… las palabras hoy no me salen, estoy realmente emocionada...
domingo, 9 de febrero de 2014
Un domingo cualquiera….
Salgo de casa con la idea de salir a
correr y darle el uso real a esas maravillosas zapatillas que me
compré hace un mes... Siempre salgo con esa idea... otra cosa es que
lo consiga.
Lo consigo, bueno, no tanto como a mi
me gustaría, creo que se me da mejor lo de caminar rápido, o lo que
viene siendo el pasear de toda la vida. Mientras mis pies caminan por
delante de mi, mis ojos observan el asfalto, tierra, adoquines y todo
tipo de materiales de construccion que voy dejando atrás...a veces
se me olvida levantar la mirada del suelo, a veces no, siempre.
Esta vez lo hago y veo cosas que me
pierdo por ir con la cabeza gacha. A lo largo de la Ribera del Ebro
hay un monton de actividad natural y humana. Por un lado el río pasa
cargado de agua arrastrando todo lo que está a su paso natural, los
árboles están secos y tristes, no me extraña, yo a veces también
lo estoy.
Por otro lado está el humano con sus
cosas. A lo largo de mi largo paseo he tenido la capacidad de
observar lo que pasa a mi alrededor, un buen ejercicio para olvidarse
de uno mismo, que a veces nos pasamos de vuelta por pensar tanto en
nosostros.
Dos amigas sentadas en un pantalán
observando la fuerza del río, tirando piedras al agua y compartiendo
confidencias, envidia sana sentí por ellas, ya quisiera yo poder
hacer eso.
Unos enamorados, o mejor dicho, recién enamorados, que esas cosas se notan a lo lejos, sentados en la húmeda hierba no cesaban de hacerse arrumacos, creo que la bolsa que tenían contenía un buen picnic, que chulo… a mi me da mucha alegría ver que la gente se quiere.
Más adelante me siento en un banco a
quitarme una piedra que se mete en la zapatilla, algo que no
entiendo puesto que mis zapatillas de momento no tienen agujeros. A
cinco metros de mi se encuentra una señora sentada, vestida de
domingo agarrando su bolso con manos cubiertas de arrugas. Ella
miraba el paso del río y yo la miraba a ella, mi cabeza me llevó a
lo que podía estar pensando esa señora, pronto me imaginé una vida
para ella y mordida por la curiosidad me acerqué a sentarme en su
mismo banco. Un simple buenos días fue suficiente para descubrir
si mi imaginación había superado la realidad.
Candela se sienta cada mañana de
domingo en el mismo banco, dice que estar un “ratico” mirando al
río le recuerda a muchos momentos vividos con su marido, hace ya un
tiempo que no está pero esa ausencia le regala cada domingo la
vuelta a un pasado que como ella misma me dice da fuerzas para el
futuro.
Llego a casa pensando en Candela, contenta por esa mordedura de curiosidad que tuve, contenta porque le he dado uso a esas zapatillas, y contenta porque he sido capaz de dejar de mirar al suelo...
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